Nacimiento:
Eibar, Gipuzkoa, 1926Orígenes familiares:
Marina Mayora Yarza cambió el nombre a Marina Basauri Yarza, al ser adoptada por sus tíos maternos adquirió sus apellidos.
Marina nació en el caserío Elorreta, Eibar, en el seno de una familia euskaldun que regentaba un restaurante en el pueblo, en el que trabajaban tanto su padre Alejo Mayora como su madre María Yarza. En el baserri vivió hasta los 10 años cuando estalló la Guerra Civil.
La familia tuvo que exiliarse y acabada la guerra cuando volvieron a Eibar tuvieron que empezar de nuevo. Sin embargo, poco tiempo después, sus progenitores Alejo Mayora y María Yarza fallecieron. Marina quedó huérfana, junto a sus tres hermanos y dos hermanas. Ante la muerte de sus padres, sus tíos maternos Lucio Basauri y María Luisa Yarza (hermana de su madre) la acogieron y ejercieron de padres de Marina.
Trayectoria profesional o laboral:
Raquetista (pelotari profesional)
Trayectoria profesional o laboral:
En 1940, con apenas 14 años empezó a jugar en el frontón Astelena de Eibar en cuya escuela de raquetistas se formó. Según Vicente, su hijo, era menor de edad y tuvo que hacerlo con el carné de otra raquetista. Aunque su familia no tenía afición a la pelota, Marina pronto destacó y fue contratada. A los 16 años, en 1942, empezó a competir ya de manera profesional, en San Sebastián. Se trataba del frontón Gros, inaugurado en mayo de 1938, en la barriada donostiarra del mismo nombre.
De Donosti pasó al Beti Jai de Logroño en cuyo frontón fue en el que más se prodigó.
Marina también jugó ocasionalmente en los frontones de Salamanca, Barcelona y Madrid, así como en el frontón Chiqui de València que fue donde se retiró en el año 1948, a los 22 años. Era alta, jugaba de zaguera y de su juego recuerdan que era valiente y que se prodigaba en los partidos estelares
Deporte(s):
Pelota vasca
Exilio:
Cuando estalló la Guerra Civil la familia se exilió en Francia. La huida fue una odisea, como nos relató su hijo, Vicente Soler ya que sufrieron tanto la amenaza de los bombardeos de la aviación fascista a la altura de Durango, cuando viajaban en tren desde Eibar hacia Bilbao, como por mar el ataque del buque rebelde Almirante Cervera ametrallándolos a modo de aviso para que dieran media vuelta. Una vez anocheció volvieron a zarpar y, esta vez sí, consiguieron llegar a Iparralde. En Francia los llevaron a la zona republicana en Catalunya, a los campos de refugiados de Vinyols i els Arcs, donde permanecieron hasta el final de la guerra.
Cuando acabó la guerra volvieron a Eibar, totalmente destruida por los bombardeos fascistas de 1937. Una familia de «orden», en palabras de su hijo, les había quitado todo por ser familia de vascos represaliados por lo que tuvieron que volver a empezar de nuevo. Sin embargo, sus padres murieron al poco tiempo y sus tíos maternos se hicieron cargo de Marina, quien se dedicó profesionalmente al deporte desde los 16 años.