La práctica del deporte en la década de los años treinta supuso para miles de valencianos la consolidación de una nueva concepción de la vida personal, propició un importante cambio de costumbres, convirtió las calles de las ciudades en escenarios deportivos con la disputa de carreras a pie, vueltas ciclistas, partidas de pelota, patinadas, deportes muchos de ellos nacidos a principios del siglo XX.
La proclamación de la República el 14 de abril de 1931 abrió las ventanas y los balcones de miles de hogares. Se pensó que la educación sería la herramienta con la que llevar el progreso a los millones de hogares españoles que vivían en la ignorancia, en el temor a los poderosos o incluso el miedo a los pistoleros.
Tras la Gran Guerra (1914-1918), Europa necesitaba recuperarse de la carnicería de la batalla de Verdún. En España durante la dictadura de Primo de Rivera los problemas con Marruecos desencadenaron violentos enfrentamientos con las fuerzas del orden. Una incipiente clase media ha hecho su aparición y deportes como el fútbol en la ciudad de València se ha convertido en un deporte de masas, capaz de llevar más de 15.000 aficionados al campo de Mestalla. Los toros pierden el protagonismo del pasado, ahora la modernidad es jugar al fútbol, montar en bicicleta, ir a nadar a la playa o salir de excursión al monte.
Todas estas actividades se verán multiplicadas en la década de los años treinta. La República, apoyada por intelectuales comprometidos con los valores de la justicia, la libertad y la igualdad, se lanzó a un plan de regeneración nacional. Había prisa por incorporarse a Europa, cuando precisamente en el continente los totalitarismos se apoderaban del poder: estalinismo, nazismo, fascismo, y todo ello con la sombra negra del crack del 29 en la bolsa de Nueva York.
A pesar de esos negros nubarrones, la burguesía se ha expandido gracias a un notable desarrollo textil, agricola e industrial. La ciudad de València es la segunda más industrializada de España, sólo superada por Barcelona. Los puertos de Alicante, Sagunto, Gandia, Borriana, Castelló ven crecer las navieras, signo de un notable crecimiento económico y comercial desde donde se abastece a Europa de los productos del país. El textil en Alcoy, Ontinyent; la viticultura en Requena y el calzado en la Vall d’Uixó aportan riqueza a las comarcas del interior. El tendido del ferrocarril colabora en la exportación de miles de toneladas de cítricos, vinos y excelentes verduras.
En muchos pueblos la agricultura, en especial el cultivo de la naranja, es el sustento principal para cientos de familias. Las grandes mansiones florecen en medio del paisaje (Comarca de la Ribera). Paralelo a este auge económico, los años 30 vieron como deportes como el fútbol, el boxeo o el ciclismo se extendían por toda la geografía, y con ellos el desarrollo del turismo deportivo, la construcción de estadios, velódromos y canódromos. Las plazas de toros se utilizan para celebrar combates de boxeo y en la de València para disputar, en ocasiones, títulos continentales.
A estos deportes de masas hay que añadir otros como el atletismo, la natación, el rugby, el baloncesto, el hockey, el excursionismo, los deportes náuticos, y como no, la pelota valenciana, que se ha visto desplazada de los grandes centros urbanos, pero que posee un enorme arraigo en el mundo rural.
Paralelamente crecen las instalaciones deportivas, los campos de fútbol inundan el paisaje de las grandes y pequeñas ciudades, los aeródromos (Alicante y Valencia) sirven para iniciar a cientos de personas en sus bautismos del aire, las piscinas se llenan de ondinas donde pueden ejercitarse en el deporte de la natación, la gimnasia llega a los colegios, la salud y el ejercicio físico forman un binomio inseparable, la prensa descubre el gran filón que suponen las imágenes y las crónicas deportivas.
La sociedad de manera progresiva descubre el gran atractivo que supone la práctica del deporte. Las revistas muestran a las grandes estrellas de Hollywood practicando los más diversos sports, las girls conducen coches, juegan al basket, se lanzan al mar, compiten en los estadios, y la publicidad se aprovecha del gran impacto de las imágenes que generan los deportes. A lo largo de los años veinte y treinta nacen o se consolidan los primeros grandes clubes deportivos: Valencia FC., Gimnástico, Levante, Castellón, Elche, Hércules, y también las primeras grandes figuras.
La Universitat de València cuenta con el rector Peset y desde finales de los años 20, la Federación Universitaria Escolar (FUE) está presente en la vida académica. La F.U.E en apenas 7 años agrupó a más de un millar de deportistas, incorporó a la mujer, editó revistas, introdujo deportes como el baloncesto, el rugby, el alpinismo, y fue el vivero de una generación excepcional de médicos, abogados, profesores o artistas, entre otros.